Anillo

   

En un pequeño pueblo vivía un viejo profesor, que de tan sabio, siempre era consultado por las personas de la región.

Una mañana, un joven que fuera su alumno, fue hasta la casa de este sabio hombre para conversar y pedirle un consejo.

- Vengo aquí, profesor, porque me siento tan poca cosa, que no tengo fuerzas para hacer nada.

Me dicen que no sirvo para nada, que no hago nada bien, que soy lerdo y muy idiota.

Como puedo mejorar? 

O que puedo hacer para que me valoricen mas?

El profesor sin mirarlo, le dijo:

- Lo siento mucho mi joven, pero no puedo ayudarte.

Tengo primero que resolver mis propios problemas. Talvez después.
Y haciendo una pausa dijo:

- Se tu me ayudases, yo podría resolver este problema con mas rapidez y después, talvez, te pueda ayudar.

- C... Claro, profesor, tartamudeo el joven, mas se sintió otra vez
desvalorizado y comenzó a ayudar a su antiguo profesor.

El profesor se saco un anillo que usaba en el dedo pequeño, se lo dio al joven, y dijo:

- Monte el caballo y vaya hasta el mercado.

Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda.

Y necesito que obtengas por el anillo el máximo valor posible, mas no acepte
menos que una moneda de oro.

Vaya y vuelva  con la moneda lo mas rápido posible.

El joven  tomó el anillo y partió.

Apenas llego al mercado, comenzó a ofrecer el anillo a las personas que estaba en el mercado.

Ellos miraban con algún interés, hasta cuando el joven decía cuanto
pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba una moneda de oro, algunos reían, otros se iba sin siquiera mirarlo, mas solo un anciano fue amable al punto de explicar que una moneda de oro era muy valiosa para comprar un anillo.

Intentando ayudar al joven, llegaron a ofrecer una moneda de plata una taza de cobre, mas el joven seguía as instrucciones de no aceptar menos que una moneda de oro y rehusaba las ofertas.

Después de ofrecer a joya a todos los que pasaban por el mercado, abatido por el fracaso, monto en el caballo y volvió.

El joven deseó tener una moneda de oro para que el mismo pudiese comprar el anillo, librando así a su profesor de las preocupaciones.

De esa forma el podría recibir la ayuda y los consejos que tanto necesitaba.

Entro a la casa y dijo:

- Profesor, lo siento mucho, mas es imposible conseguir lo que me pidió.

Talvez pudiese conseguir 2 o 3 monedas de plata, mas no creo que se pueda engañar a nadie sobre el valor del  anillo.

- Importante lo que dise,  joven... contesto sonriente.

Debemos saber primero el valor del anillo.

Vuelva a montar en el  caballo y vaya hasta el joyero.

Quien mejor para saber el valor exacto del anillo?

Digale  que quiere vender el anillo y pregunte cuanto le daría por el.

Mas no importa cuanto el te ofrezca, no lo venda...

Vuelva aquí con mi anillo.

El joven fue hasta el joyero y le dio el  anillo para que lo examinará.

El joyero examinó el anillo con una lupa, lo pesó, y dijo:

- Diga a su profesor, que se el quisiera venderlo ahora, no puedo dar mas que 58 monedas de oro por el anillo.

- 58 MONEDAS DE ORO!!! - exclamo el  joven.

- Si, repitió el  joyero.

Yo se que con tiempo podría ofrecer cerca de 70 monedas, mas se la venta es urgente...

El  joven corrió emocionado hasta la casa del profesor para contar lo que ocurrió.

- Sientese - dijo el profesor.

Después de oír todo lo que el joven le contó, dijo:

- Tú eres como este anillo, una joya valiosa y única, y que solo puede ser
evaluada por un "experto".

Pensaba que cualquiera podía descubrir su verdadero valor?

Y, diciendo esto, volvió a colocar el anillo en el dedo.

- Todos somos como esta joya: valiosos y únicos, y andamos por todos los mercados de la vida pretendiendo que personas inexpertas nos valoricen.

Tu debes creer en ti mismo.

Siempre!

"Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento."

Jorge M. Bucay


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